El pueblo blanco se prepara para su gran evento del verano, con ambientación sefardí, árabe y cristiana, y un amplio despliegue de actividades.
El casco histórico se llenará de puestos artesanos, propuestas gastronómicas y escenarios con música y danzas, en una programación que invita a recorrer miradores, callejuelas y plazas con decoración temática. El ambiente nocturno realza la estética del conjunto urbano y facilita paseos más frescos.
Además del mercado, se han previsto rutas teatralizadas y actividades divulgativas que explican la convivencia histórica de las tres culturas, uno de los sellos de identidad del festival. También habrá espacios para degustaciones y demostraciones culinarias vinculadas al recetario tradicional.
La organización recomienda planificar la visita con antelación, utilizar aparcamientos habilitados a la entrada del municipio y acudir con tiempo para disfrutar de los conciertos principales. Se espera una elevada afluencia de visitantes durante las cuatro jornadas.
Con esta edición, Frigiliana refuerza un festival que ya trasciende lo local y atrae público de toda la provincia, dejando un impacto directo en el comercio y la hostelería de la villa.